Operación bikini. A punto de entrar en la primavera -sinónimo del mejor tiempo-, comenzamos a desprendernos de las prendas que ya nos van sobrando, para dar la bienvenida al calorcito. Va llegando el momento de dedicar más atención a la depilación en esas zonas que a partir de ahora van a estar más visibles, y, como no, a nuestra apariencia física. Las reservas que hemos ido almacenando cuidadosamente en ciertas partes de nuestro cuerpo -gracias a nuestros consentidos excesos-, han dejado un rastro evidente y notorio y no, no nos gusta nada el nuevo aspecto que presentamos.
¿Qué ha ocurrido?
Que en la capa más profunda de nuestra piel, en la hipodermis, se han alojado los temidos adipocitos; sí, son esas células especializadas en el almacenamiento de la grasa. Los adipocitos son necesarios en nuestro organismo: El tejido adiposo mantiene la temperatura corporal, constituye una reserva energética y puede proteger distintas partes del cuerpo. Lo que no nos gusta es comprobar cómo los excesos de esa grasa, se ha ido acumulando en abdomen, glúteos, caderas, piernas, brazos… así que decidimos poner remedio.
Lo leemos y oímos constantemente, que el mantener la línea es cuestión de constancia y en algunos casos de sacrificio: sabemos que llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, y entre otras cosas, descansar el tiempo necesario, es importante para nuestro organismo, aunque no siempre está a en nuestra mano ya sea por el ritmo de trabajo que llevamos, cuestiones personales de salud, o simplemente porque vamos postergando aquello de «mañana mismo empiezo…» Y es que renunciar al dulce, a la comodidad del sofá, a la buena vida, es no menos que un gran sacrificio. Si no hemos sido constantes durante el año, a estas alturas va a ser misión difícil, pero no imposible, si ponemos un poco de nuestra parte. Como tampoco es cuestión de obsesionarse, siempre tienes la opción de solicitar ayuda profesional para remodelar tu figura, ayudarte con algún tratamiento corporal que modele tus curvitas, ya sea en nuestra cabina o en tu casa. Piensa que no está todo en perder peso -¡a no ser que tu salud lo requiera!-, sinó más bien en sentirte a gusto con lo que tienes… pero sentirte en armonía.
Cristina
Ay!!!Los adipocitos engrosados…que malos són!!!Cogeré hora para uno de esos tratamientos corporales….dentro de unos meses..jejejej