El acné es un trastorno de la piel que sufren muchas personas en alguna época de su vida. Al llegar el verano y tras la exposición continuada al sol, es común sentir cierta mejoría.
Si bien es cierto que las personas afectadas por acné leve mejoran en verano -porque la radiación UV es bactericida y puede eliminar bacterias implicadas en la formación del acné-, y además, debido al efecto de los rayos solares, las lesiones inflamatorias pueden mejorar de manera más o menos transitoria, debes saber que no es recomendable el sol para el acné y te diré el porqué.
Cuando llevamos unas semanas tomando el sol, y sobre todo cuando termina el verano, se produce lo que se conoce como «efecto rebote»: el acné empeora. Ello se debe a que, sin darnos cuenta, la radiación solar aumenta el grosor de la capa más superficial de la piel (capa córnea), lo que contribuye a obstruir la glándula sebácea y a empeorarlo.
Los dermatólogos no recomiendan la exposición solar para mejorar el acné.
Por ello es necesario que conozcas aún con más motivo, la importancia de protegerse utilizando un filtro de protección solar. Es conveniente utilizar uno cuyo excipiente sea poco graso (formulaciones fluidas como la emulsión, el gel e incluso el spray) aunque por ello tendrás que aplicártelo de forma sucesiva, debido a que protege menos que en crema o pomada -los que deberías evitar por ser más grasos-. Y siempre aplicarlo 30 minutos antes de la exposición solar.